Isabel, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Me llamo Isabel Llano González, soy extremeña de nacimiento, tengo 25 años y soy Bióloga especializada en Comunicación Científica.
Estudié Biología en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura y aproveché estos años de formación para realizar varias modalidades de intercambio. Durante el grado tuve la suerte de estudiar en universidades nacionales e internacionales, como la Università Degli Studi di Messina (Italia), la Universidad de La Laguna (Tenerife) o la University of Amsterdam (Holanda).
Después me especialicé en Comunicación Científica, Médica y Ambiental, realizando el máster en Barcelona School of Management-Universitat Pompeu Fabra.
No me cabe duda de que vivir en todos estos sitios fue clave para mi desarrollo personal y profesional, no solo por la perspectiva general que me ofrecía el entender la metodología de trabajo y las relaciones de cada entidad educativa, sino también por todos los valores que te aportó el salir constantemente de mi zona de confort y adaptarme a nuevos entornos.
Ya lo decía Darwin: adaptarse o morir.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Pues es curioso, porque mi meta profesional siempre estuvo dividida por tres pilares: las matemáticas, la biología y la enseñanza.
Enseñar y hacer entender, es algo que me apasiona desde que tengo uso de razón. Son de esas cosas que te vibran por dentro y sabes que son para ti. Sabía que hiciera lo que hiciera lo iba a enfocar en esa dirección, así es que con todo el dolor de mi corazón descarté las matemáticas y me decidí por la Biología. Para mi sorpresa, en la carrera tuve muchas matemáticas y eso me encantaba. Sin saber muy bien cómo, logré tener todo lo que me gustaba.
Cuando estaba haciendo el grado yo era ese 1% que tenía claro que quería dedicarse a la docencia, y muchas veces me sentía un bicho raro entre mi grupo de amigos investigadores centrados en el mundo del laboratorio, doctorados y papers ciencítificos.
En esos años, descubrí algo que fue fundamental para mí: no solo se puede comunicar a nivel de una clase de instituto podía hacerlo a nivel empresarial y ayudar a empresas a comunicar ciencia. Participar en proyectos de divulgación y conocer la existencia de la comunicación científica me dio un nuevo objetivo profesional que perseguir.
Sí me imaginaba desarrollando el trabajo que realizo hoy, lo veía como un sueño. Pero como un sueño posible.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Empezando por los logros, creo que mantenerme fiel a mis principios ha sido clave en todo momento. Ser de las pocas de mi promoción que no querían seguir por la línea de investigación, o ser la amiga que constantemente se está mudando, no siempre fue fácil. Pero sabía que seguir por ahí me iba a llevar a donde yo quería.
Una de las grandes dificultades que he encontrado es que: comunicar no solo es comunicar. Los amantes de este campo, somos conscientes de todo lo que se puede decir sin ni siquiera abrir la boca. Aquí, al contrario que en la ciencia, los libros no son tan importantes y premia la experiencia. Esta dificultad la estoy afrontando desde una perspectiva un tanto peculiar: busco soluciones poco obvias a problemas comunes.
Para mejorar las capacidades comunicativas no siempre encontrarás la respuesta en un libro o curso de comunicación. La respuesta muchas veces está en ganar confianza en ti, en creer en tu mensaje y en tu forma de expresarlo. Es un trabajo interno muy bonito, a pesar de lo duro que resulta a veces.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
El consejo que le doy al 99% de las personas que me piden uno: Mantén viva tu curiosidad. Investiga, profundiza, empápate de cultura, habla con otras personas, rómpete los esquemas, juega con la inconformidad, lee (lee mucho), escucha (escucha para escuchar y no solo para responder).
En general, pon en duda todo lo que sabes y obtendrás grandes resultados.