María, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Soy María Bravo Conde, Ingeniera Industrial por la Universidad de Extremadura y desde hace dieciséis años, profesora de Educación Secundaria por la especialidad de Matemáticas.
Nací en Mérida y aunque he residido y trabajado algunos períodos fuera de nuestra región y de nuestro país, he pasado casi toda mi vida en Extremadura.
Desde hace varios años coordino el proyecto de innovación CITE “We Can Do It”, centrado en luchar contra las desigualdades que sufren las mujeres en general, y con foco específico en la brecha en disciplinas científicas y tecnológicas. Me considero comprometida con la coeducación y luchadora activa contra la brecha STEM.
Organizo y coordino el Concurso Efecto Matilda, que suma ya tres ediciones regionales. He tenido la oportunidad de presentar el proyecto en la Semana Europea de la Robótica, como iniciativa que desde la creatividad potencia las vocaciones STEAM y el 4 de diciembre fue reconocido en el mismo sentido como proyecto finalista de los IV Premios Margarita Salas de la Fundación Margarita Salas, durante el evento Leading Girls organizado por FYCMA Málaga.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Siempre se me dieron bien tanto las asignaturas típicamente de letras como las puramente científico-tecnológicas, y cuando era más pequeña no lo tenía nada claro. Sin embargo, a medida que fui creciendo, me di cuenta de que me encantaba enfrentar los retos y desafíos que me suponían las materias científico-tecnológicas y fui decantándome por ellas, decidiendo finalmente estudiar Ingeniería Industrial. Al mismo tiempo, también tenía claro que me encantaba la docencia, siempre acababa ejerciendo de “profesora particular” de muchos de mis compañeros, tanto en el instituto como posteriormente en la carrera y finalmente acabé optando por dedicar mi vida profesional a la docencia.
En primera instancia, porque me apasiona la docencia, y por otro lado, y creo que es importante señalarlo, porque el resto de opciones profesionales no me permitían desarrollar una vida personal equilibrada y con opciones de conciliación reales.
Sí me imaginaba desarrollando el trabajo que realizo hoy, la docencia siempre me ha parecido una profesión apasionante. Tengo muchos docentes en la familia, mi madre y padre entre ellos: me han transmitido su pasión, su vocación, su interés genuino por su alumnado y su esfuerzo por contribuir a mejorar la educación pública.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
He tenido la grandísima suerte de poder trabajar en diferentes centros tanto dentro como fuera de nuestra región donde he encontrado grandes profesionales con los que he podido trabajar codo con codo y aprender muchísimo enriqueciendo mi experiencia docente.
Encuentro en el día día, cada vez más pesada la carga burocrática, que muchas veces nos impide centrarnos “de verdad” en nuestro alumnado y en lo realmente importante.
Me gustaría también que se pusiese sobre la mesa que las aulas no son cadenas de montaje en serie, y que cada vez es más necesaria una reducción sistemática de las ratios si queremos una educación inclusiva real, y que pueda atender las necesidades emocionales (no solo educativas) de nuestro alumnado (ahora que está sobre la mesa la creciente preocupación por la salud mental).
Por otro lado, encuentro cada vez más necesario reivindicar la necesidad de trabajar activamente la coeducación y la lucha contra la desigualdad estructural que sufrimos las mujeres desde las aulas: ahora que la sociedad parece estar retrocediendo en algunos aspectos es más necesario que nunca que nos posicionemos y coordinemos actuaciones.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
Poner pasión en tu labor, luchar por tus objetivos, y disfrutar de cada día.