Mercedes, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Soy extremeña, de «los que vuelven», como muchos tuve que emigrar para ser psicóloga. Desde que participé como Voluntaria de Protección Civil (riada de Badajoz) siendo una niña, en 1997, me enamoré de la función que hacían los psicólogos de emergencias y decidí hacer un bachillerato ciencias biosanitaria. Desde los 18 que me fui, viví 10 años fuera, 5 en Salamanca y 5 en Sevilla. Ya embarazada, vivía en Sevilla, pero yo deseaba que mi hijo fuera extremeño y cumplí mi sueño de que naciera allí. A la semana me llamaron para trabajar en una lista que estaba para ser titular de la Oficina de asistencia a víctimas de delitos, cedí mi baja maternal al padre (¡valiente padre!) y me incorporé, (tremendamente dolorida) gracias a eso presenté contrato de trabajo y empadronamiento de mi hijo consiguiendo traer al padre a Extremadura por comisión de servicio (funcionario, profesor de matemáticas en Sevilla hasta entonces, físico extremeño de formación).
Fue difícil instalarnos de nuevo en Extremadura ¡pero un sueño cumplido!. He aportado desde mi rotación voluntaria (2003) en la Unidad de Cuidados Paliatativos, como psicóloga recién licenciada (fue un aprendizaje maravilloso y duro), también he sido Profesora de la Universidad de Extremadura, inicié una investigación en psiconeuroinmunología viviendo en Sevilla y me gustó la faceta docente investigadora, pero finalmente yo misma causé baja de mi contrato por conciliación familiar de mi segundo hijo. El perfil del profesor asociado implica simultanear dos trabajos.
Respecto a la experiencia en Víctimas de delitos como titular, fue lo que me trajo a Extremadura, ayudé a muchas mujeres víctima de violencia, y me hizo sentir tremendamente útil a la sociedad extremeña, mi interés no es otro que servir.
Actualmente soy Responsable del Departamento de Atención al Paciente, en los procesos de calidad de mi empresa, (empresa de la que me siento profundamente orgullosa por sus orígenes extremeños: Vista Sánchez-Trancón) y llevo además allí el centro de reconocimientos. Por las tardes tengo mi consulta privada, donde veo pacientes de compañías médicas y también desarrollo desde 2020, a raíz de la pandemia, la implementación de la más avanzada tecnología de Psicous-Amelia Virtual Care para poner la ciencia al servicio de las personas a través del tratamiento fobias, etc. con realidad virtual. El feedback de los pacientes es sumamente satisfactorio. Me ayuda mi compañero psicólogo Ezequiel Meléndez y estamos muy satisfechos con la herramienta.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Cuando era pequeñita quería ser veterinaria… Luego, entré en el instituto y empecé a diferenciarme: ciencias o letras… y todo apuntaba a que haría medicina, ya que mi hermana mayor es médico y ella era (y es) mi referente, pero en 1997 ocurrió algo que fue un cisne negro en mi vida: la riada de Badajoz, yo fui voluntaria con 16 añitos de protección civil y desde entonces es mi flechazo con los psicólogos de emergencias, y mi interés en esta maravillosa profesión.
Sí me imaginaba desarrollando el trabajo que actualmente ejerzo, pero tenía una visión mucho más simplista de lo que en realidad es.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Mi mayor logro ha sido compaginar la maternidad con mi trabajo, ser madre profesional supone muchas renuncias, y un reto permanente.
La mayor dificultad fueron tres grandes renuncias: la primera en Sevilla, cuando me quedé embarazada de mi primer hijo, eso truncó totalmente el nivel de trabajo y me descentró de la investigación que realizaba en psiconeuroinmunología, que finalmente dejé; la segunda renuncia fue ya en Badajoz, mi baja maternal la cedí al padre, yo me incorporé a trabajar y él cuidó del bebé (fue duro para ambos) pero era la forma de, estratégicamente, volver a Extremadura; Finalmente, otra dificultad fue simultanear dos trabajos cuando era profesor asociado en la Universidad, por lo que tuve que renunciar yo a mi plaza, porque no podía atender a mi segundo hijo recién nacido, pedí excedencia sin empleo y sueldo pero cuando llegó la hora de incorporarme finalmente lo dejé. Es difícil progresar académicamente con hijos pequeños.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
La sociedad nos dice a las mujeres: «¡ten hijos! (pero que no se note que trabajas) ¡trabaja! (pero que no se note que tienes hijos)». Hemos avanzado mucho, pero aún queda por hacer.
Como sugerencia creo que podemos compartir experiencias (nos necesitamos) tirar unas de otras, y compartir las responsabilidades, es la forma de avanzar juntas, sin competir, siempre cooperar juntas, y Women Space es una buena forma de conectar. GRACIAS por hacerlo posible.