Ana, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Mi nombre es Ana Sequedo. Estudié Ingeniería Técnica Industrial en la Escuela de Ingenierías Industriales (EII) de la Universidad de Extremadura, en Badajoz, y posteriormente una vez incorporada al mundo laboral, continué con los estudios de Ingeniería en Organización Industrial, compatibilizando ambas cosas. Aunque la especialidad que estudié fue Electrónica Industrial, mi carrera profesional siempre ha estado vinculada a la electricidad y las energías renovables, por lo que durante este tiempo no he dejado de formarme para ampliar conocimientos en este sector.
Aunque nací en Badajoz, la mayor parte de mi infancia trascurrió en Oliva de la Frontera, un precioso pueblo en plena dehesa Extremeña que hace frontera con Portugal y con Huelva, provincia a la que la profesión de mi padre, maestro, nos llevó durante un tiempo y en la que disfrutamos de unos años maravillosos en el pueblo más acogedor que conozco, Trigueros. Pero como la tierra tira, y es algo que ya he experimentado en más de una ocasión, tras unos años tocó regresar a casa, donde permanecí hasta acabar mis estudios de ingeniería.
Posteriormente y con ganas de comerme el mundo marché a trabajar a Madrid. Allí comencé a ejercer la ingeniería en el departamento eléctrico de Empresarios Agrupados, participando en el desarrollo de proyectos de Centrales Eléctricas de Ciclo Combinado, la más importante para mí, la de Granadilla de Abona en Tenerife donde residí durante su montaje dando soporte en obra.
Pero como ya sucedió anteriormente, la tierra tira y tras este periplo tocaba volver a casa, mi querida Extremadura. Desde el 2006 resido en Badajoz, donde vivo con mi marido y mis dos hijos de 11 y 14 años.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Desde muy pequeña siempre he tiendo claro que quería dedicarme a algo relacionado con las ciencias, la tecnología o el dibujo. En un principio dudé entre cursar Arquitectura o Ingeniería Industrial, pero finalmente me decanté por la última, quizás porque la tenía más accesible en Badajoz.
Realmente fue la profesión la que me eligió a mí. Como ya os he comentado mis inicios profesionales fueron en el sector de la empresa privada al que me dediqué durante muchos años. Tras volver de Madrid trabajé en varias empresas extremeñas del sector de las renovables, pero fue en el 2018 cuando encontré mi verdadera vocación, la enseñanza. Quizás se veía venir, ya que procedo de una familia de docentes. Lo cierto es que por azares del destino tuve que cubrir una vacante y fue en ese momento en el que encontré mi verdadero sitio. Desde entonces no he dejado de dedicarme y apasionarme con la enseñanza.
Actualmente soy profesora de Instalaciones Electrotécnicas en FP y desde el 2021 funcionaria de carrera. Cuando terminé mis estudios era algo que no me planteaba, pero la vida te va llevando y finalmente te coloca en el lugar donde debes estar antes o después. En mi caso pasaron muchos años, aunque no querría que hubiese sucedido de otra manera… Al final todas las experiencias enriquecen y todas esas experiencias las puedo trasmitir a mis alumnos hoy en día.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Mi mayor dificultad ha sido compatibilizar mi vida laboral y familiar, hasta tal punto que hubo un momento de mi vida, cuando mis hijos eran pequeños que decidí dejar de trabajar. Es cierto que no me arrepiento de esa decisión, el tiempo que disfruté de mis pequeños no lo cambiaría por nada, pero no me parece justo que tengamos que llegar a esos extremos, somos trabajadores/as pero también somos personas y deberíamos luchar por un sistema en el que nadie tenga que tomar una decisión como la que yo tomé.
En cuanto a mis logros, el más importante es dedicarme a algo que me apasiona, eso hace que me levante todos los días con ilusión, deseando afrontar un día nuevo con mis alumnos. Si algo tiene esta profesión es que no es nada monótona, todos los cursos son diferentes, nuevos alumnos, nuevos compañeros, nuevos retos. Por otra parte también creo que aporto mi granito de arena para dar visibilidad a las mujeres en este sector históricamente tan masculino. Las nuevas generaciones se están acostumbrando cada vez más a tener profesoras en estas enseñanzas técnicas, lo que les hace romper con los antiguos prejuicios de ser una profesión de hombres. De hecho, aunque no son muchas, cada vez tenemos más alumnas en nuestras aulas.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
No soy de dar muchos consejos, pero sí hay algo que he aprendido en mi camino es que como dijo George Eliot “Nunca es demasiado tarde para ser lo que podrías haber sido”. A menudo nos encontramos anhelando hacer algo y no hacerlo pensando que ese tren ya pasó, que somos muy mayores para abordar nuevos proyectos, nuevos retos o ese cambio de vida o trabajo que siempre hemos deseado.
Nunca es tarde para perseguir un sueño, la ilusión y el coraje no tienen edad. Creo que siempre es mejor intentarlo que vivir con la duda de qué habría pasado si lo hubiésemos intentado.