Elena, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Soy Elena Salobrar, de Jaraíz de la Vera en Cáceres, soy Doctora en Ciencias de la Visión y profesora de la Facultad de Óptica de la Universidad Complutense de Madrid. Soy investigadora en el Instituto de Investigaciones Oftalmológicas Ramón Castroviejo donde investigo enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer, ELA, glaucoma…) y su implicación en la visión y uso del ojo como biomarcador temprano de la enfermedad y diferentes fármacos con potencial terapeutico. Tuve el premio de la Real Academia Nacional de Medicina de España y el Premio Santiago Grisolía a la mejor Tesis Doctoral.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Me encantaba la física y las ciencias de la salud. La carrera de óptica y optometría es justo la conjunción de estas dos ciencias y opté por ella para realizarla en la Universidad Complutense de Madrid. La profesión de optometrista es increible, tiene diferentes vías y especialidades a las que te puedes dedicar. En mi caso opté por la visión pediátrica y también la baja visión. Estuve durante 5 años trabajando en Extremadura como optometrista en diferentes centros ópticos.
Tras esta etapa volví a estudiar y hacer un Máster y seguí después con el Doctorado. Creo que siempre tuve un alma docente. Un día en segundo de carrera, una profesora me preguntó que a qué me quería dedicar, mi contestación fue «quiero ser profesora en esta Facultad» y años después conseguí mi sueño, tras mucho estudio, esfuerzo y sacrificio y ahora esa profesora es compañera mía de Facultad.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Mi Tesis Doctoral profundizó en el estudio de la visión y la retina en pacientes con Enfermedad de Alzheimer, donde encontramos que estos pacientes presentan alteraciones en la visión, y cambios en la retina que pueden ser detectados mediante técnicas de imagen de oftalmología y además todos estos cambios los caracterizamos en función del estadio de la enfermedad. Analizamos también las retinas de un modelo transgénico de Alzheimer viendo neuroinflamación en la retina, que se correspondía con los cambios que ocurrían en el cerebro.
La carrera científica es una profesión en la que debes tener mucho tesón y proactividad. Los comienzos fueron complicados, ya que para hacer la Tesis doctoral lo ideal es tener un contrato predoctoral. En mi caso, tardé tres años en conseguir un contrato FPU, que es el más ambicioso a nivel nacional. Mientras tanto, iba por las mañanas a la universidad y al hospital para hacer mi Tesis y por la tarde y fines de semana trabajaba en Madrid en una óptica. El trabajo en la Tesis Doctoral requiere muchos sacrificios y trabajar muy duro. Es verdad que encontré un equipo que me apoyó y enseñó todo lo que sé en estos momentos. Un grupo de grandes profesionales, entusiastas de la ciencia y grandes docentes. Al terminar la Tesis, conseguí un contrato post-doctoral y poco después saqué una plaza de Profesor Ayudante Doctor en la Universidad Complutense de Madrid.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
Que si te gusta, vayas a por ello. El trabajo en ciencia es una pasada. Todos los días aprendes cosas nuevas y te da la oportunidad de viajar, de conocer a compañeros de otros laboratorios, de contribuir a la sociedad con nuevos conocimientos y de viajar.