Gemma, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Mi nombre es Gemma Delicado, soy Extremeña y madre de dos hijas. Extremadura es la tierra donde nací y a la que después de muchos años y vueltas por el mundo, decidí volver. Nací en Badajoz, aunque ni mi padre ni mi madre eran de allí. En Badajoz vivían mis abuelos maternos y mi madre quiso que viniera al mundo cerca de ellos. Mi padre era de Mérida y mi madre de Alcuéscar (Cáceres), aunque había crecido en Badajoz. Mi padre pertenecía al mundo de la ingeniería, y mi niñez transcurrió por diferentes provincias españolas (Valencia, Asturias, Guadalajara, etc.). Aquella era una vida nómada y peculiar para los años 80. Cada poco tiempo cambiábamos de casa, de paisaje, de colegio, de maestros y compañeros. Las despedidas no eran fáciles, pero mi madre siempre tenía preparada una bolsa de caramelos para llevar al colegio y repartir a mis amigos.
Desde entonces, los caramelos son para mí el recuerdo dulce y triste de la despedida. Extremadura siempre era el refugio al que volver los veranos y la Navidad, por eso y por ser un poco de Cáceres, Mérida, Badajoz, haber pasado mis primeros 5 años en Navalmoral de la Mata, hace que me sienta Extremeña y no entienda de fronteras provinciales. Si alguien me pregunta de dónde soy, respondo que de Mérida porque fue donde mis padres instalaron el campamento base a partir del año 90 y mi madre se quedó con mi hermana y conmigo mientras mi padre viajaba durante la semana y regresaba el fin de semana o cada varios fines de semana si estaba en el extranjero. En Mérida viví 6 años y luego fui a Cáceres a estudiar Filología Inglesa. Desde Cáceres di el salto a Inglaterra, Irlanda y EE.UU. y fue en Extremadura donde empezó mi aventura internacional.
Soy Profesora Titular de la Facultad de Formación del Profesorado en el Departamento de Filología Inglesa e investigadora del grupo GEXCALL donde desarrollo cursos de idiomas en dispositivos digitales, investigo sobre enseñanza de idiomas, bilingüismo, internacionalización. Gracias a una beca de la UEx pude especializarme en el Liberal Arts College de Kalamazoo College (EE.UU. 1998-1999). Mi formación continuó con el Master of Arts obtenido en la Universidad de Western Michigan (EE.UU 1999-2001). Finalmente, el grado de Doctor lo obtuve en el Dpto. de Humanidades de la University of Chicago (EE.UU. 2001-2007).
He participado en más de 5 proyectos de investigación europeos incluyendo un Marie Curie. He realizado estancias post-doctorales en Rusia, Noruega, EE.UU. En 2018 y 2022, recibí el premio a la excelencia docente en Humanidades. Desde febrero de 2019, soy Directora de Movilidad y Estrategia Internacional de la Universidad de Extremadura y Delegada del Rector para la alianza europea EU GREEN. He escrito 2 libros, más de 20 artículos y tengo 2 sexenios de investigación.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Desde muy pequeña quise ser arqueóloga. Creo que todos los niños y niñas que crecen en Mérida rodeados de tanta historia sueñan en algún momento con ser arqueólogos. Cuando yo era niña, era muy fácil acceder al recinto del teatro romano y durante varios años íbamos a diario a jugar allí. Después la fase Indiana Jones pasó, y quise ser arquitecta porque se me da bien dibujar y me encantaba el dibujo técnico y construir cosas. Sin embargo, también me encanta el arte, la literatura, la lengua y preferí hacer letras puras con latín y griego. Me costó muchísimo decidir qué quería estudiar, o más bien qué quería ser.
Creo que esta decisión a los 18 años es complicada o al menos lo fue para mí porque me gustaban demasiadas cosas y no tenía la madurez suficiente para decidir. En otros países los estudiantes van a la universidad y en segundo o tercero de carrera deciden qué quieren ser. Creo que la profesión me eligió a mí, ya que no estaba en mis planes ser profesora de universidad. En 1998 conseguí una de las dos plazas de la beca de Kalamazoo College que ofrece la UEx desde hace 30 años y te permite estudiar un año en esta prestigiosa universidad de Michigan a la vez que das clases como becario. La experiencia de impartir clases universitarias me fascinó y en 1999 decidí solicitar ya por mi cuenta un máster en Western Michigan University. Gané la beca que me cubría la matrícula del programa de máster de dos años y a la vez me contrataron como profesor ayudante. Al terminar el máster tenía que decidir entre volver a España y presentarme a las oposiciones de secundaria, salida natural para los egresados de Filología Inglesa, o quedarme en Estados Unidos y estudiar un doctorado. Solicité a varias universidades americanas, me admitieron en todas y me decanté por The University of Chicago donde la beca era de menos cuantía, pero era la universidad más prestigiosa. Chicago es una institución muy especial donde tienen el mayor número de Premios Nobel del planeta entre alumnos y profesores. Allí pasé 6 años, con diferentes figuras de profesor. Durante el doctorado pude aunar todo lo que me gustaba la literatura, las lenguas, la pintura, el arte en general. En The University of Chicago conocí a profesores de fama internacional que fueron no solo mis mentores, si no también algunos se convirtieron en grandes amigos y familia. Ahora sigo colaborando con todos ellos y estableciendo redes entre ellos, sus instituciones y Extremadura.
Por un lado sí imaginé que desarrollaría el trabajo que hago hoy y por otro no. Me imaginaba siendo profesora, pero no de universidad. Me imaginaba viajando, leyendo, pero no como investigadora o profesora. Ahora puedo, viajar, leer, aprender y enseñar, e investigar como parte de mi trabajo. Una de mis mayores ilusiones es un libro que se publicará en 2023 y que es una Guía Didáctica Bilingüe de Mérida para aprender inglés a través del arte romano. Ser profesora de universidad te permite cosas tan maravillosas como poder escribir y publicar este libro sobre Mérida y cumplir mi pequeño sueño de arqueóloga. La verdad es que he sido muy afortunada por tener esta profesión que te permite crecer constantemente, ser creativo, aportar a mis alumnos, y a la sociedad y aprender de ellos.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Es muy difícil hablar de los logros de uno mismo. De algunos ya he hablado como dar el salto de una universidad pública periférica española a 3 universidades de EE.UU. y doctorarme en una de ellas. Allí gané becas y premios y eso fue gracias a la formación que recibí en la UEx y en el sistema público español. Mi mayor logro es haber podido cerrar el círculo vital y profesional, ya que fue la UEx la que me formó, la que me seleccionó para ir a EE.UU. como becaria. En EE.UU. me formé también y de vuelta a la UEx he conseguido más de 20 becas para que estudiantes de Magisterio o Filología puedan hacer un máster y doctorados becados en EE.UU. en las universidades en las que estudié y trabajé.
Lo que más ilusión me ha hecho en mi carrera es que me han concedido 2 veces la Excelencia docente en el campo de las Humanidades en la UEx y mis profesores de Michigan me nombraron Alumni excelente en 2019 en Western Michigan University por las becas conseguidas para nuestros alumnos. También me ha encantado ser Directoria de Estrategia Internacional de la UEx y parte de la gestación de la alianza EU GREEN como delegada del Rector para Universidades europeas, ya que me siento partícipe de un cambio histórico en la estrategia educativa de la Unión Europea de los próximos 20 años.
Las dificultades han venido al cambiar de sistema, ya que me preparé para ser profesora e investigadora en el sistema americano y cuando regresé tuve que empezar de nuevo porque los criterios a evaluar por ANECA eran muy diferentes. Por ejemplo, en el sistema americano las tesis doctorales no tienen nota, la nota es PASS o FAIL. Los cursos y formación no se certifican por lo que lo recibido es complicado acreditarlo a la vuelta. Asimismo, te piden publicar libros en las editoriales de mayor prestigio de tu campo y aquí, además, hay que publicar bastantes artículos, ir a cursos, impartir cursos, etc. Allí no existe ni ANECA ni las agencias regionales de evaluación y son comités internos de las propias universidades los que te evalúan para hacerte funcionario.
Ser mujer y madre tampoco ha ayudado, ya que la maternidad coincide con los años de acreditación en las diferentes figuras y ha sido muy complicado. Si no hubiera sido por la ayuda de mi pareja, y mi familia no hubiera podido hacer tantas cosas. Ojalá en el futuro haya más ayuda y empatía para las mujeres científicas.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
Que nunca hay que dejar de soñar o limitarse, que todos con esfuerzo podemos alcanzar nuestros objetivos. Que el fracaso al intentar cumplir un sueño es el mayor de los aprendizajes y que esa experiencia nos llevará a nuevos caminos y sueños. Mi reto es que los niños y, especialmente las niñas, sueñen y cumplan sus sueños, que ninguna niña se limite por ser mujer y que algunas se hagan científicas. Que ser científico no significa llevar bata y estar en un laboratorio, ya que las humanidades también son ciencia y necesitamos las humanidades más que nunca en un mundo global y pospandémico. Que el mundo ahora no es ancho y ajeno, si no pequeño y cercano y hablar idiomas, conocer otras culturas y tener experiencias internacionales nos hace mejores y con capacidad para mejorar el mundo y especialmente Extremadura. Que no olviden que la universidad pública española es excelente y que yo di el salto de una universidad pública a una universidad americana de prestigio gracias a mi formación en la UEx. Gracias por todo.