Louise, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Me llamo Louise, soy Belga, socióloga, y llevo 6 años en Extremadura. Llegué en primavera del 2016, para pasar el verano como voluntaria en un proyecto de permacultura y biocontrucción. Quería salir de Bruselas unos meses, cambiar un poco de aire, reconectar con la naturaleza. Tuve el flechazo con Extremadura y en particular con la Raya, su gente, sus paisajes y su cultura, y poco a poco, construí mi vida aquí, en Valencia de Alcántara.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Cuando me tocó elegir la carrera, no lo tenía nada claro. Elegí la sociología un poco por casualidad, pero enseguida me sentí a gusto y supe que me iba a dar muchas herramientas para entender el mundo. Tampoco tenía mucha idea de a dónde me podía llevar profesionalmente. De hecho, después de la carrera de sociología, me dediqué unos años a la música, como pianista. Pero volví a la sociología, y me especialicé en investigaciones y procesos participativos, en Bruselas y en toda Bélgica. Quería ayudar a los agentes sociales de diferentes sectores a autogestionarse, a identificar sus problemáticas y buscar soluciones, y promover la participación ciudadana en general, como una herramienta crucial para lograr una verdadera democracia. Pero, hija, nieta y bisnieta de agricultores, echaba de menos al campo. Lo bueno de la sociología (para mí por lo menos) es que permite tocar y descubrir sectores profesionales, universos sociales y temáticas muy variados, por lo cual es muy difícil aburrirse. Es un descubrimiento constante. Llegar a Extremadura y poder dedicarme a la sociología en un ámbito rural, con agricultorxs, ganaderxs y otros agentes dedicados al campo fue para mí un regalo. Me permitió conectar dos de mis pasiones en mi trabajo, la sociología y el campo, tengo mucha suerte.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Todo el mundo dice que es muy difícil encontrar trabajo como socióloga. Puede que sea verdad, en parte. Pero es una formación que abre mucho la mente, invita a pensar más allá de las casillas y marcos convencionales. Invita a la creatividad, a moverse fuera de su zona de confort. La verdad que cuando decidí quedarme en Extremadura, no pensaba poder nunca trabajar como socióloga algún día. Si ya no era fácil en Bruselas, imagínate en Valencia de Alcántara… De hecho empecé trabajando en bares, en el campo, etc. Cuando una amiga me puso en contacto con Patricia Mora y Gestiona Global (ahora Innogestiona Ambiental), vi una oportunidad única para enraizarme aquí y seguir haciendo lo que me gusta a nivel profesional. Otra dificultad quizás es que todavía cuesta, en muchos ámbitos, defender la importancia del papel de lxs sociólogxs, y que nos tomen en serio. Allí también hay que ser creativxs y a veces ingeniosxs, para conseguir estar donde tenemos que estar.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
Haced caso a las sociólogas 😉 Podemos aportar mucho en términos de metodologías para la recolección de datos socioeconómicos, para diseñar e implementar procesos participativos, para entender ciertas dinámicas socioculturales y pensar más allá de los conceptos tradicionales.
