Mª Eugenia, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Soy Mª Eugenia Calamonte, nacida y criada en Mérida en 1980. En Mérida, también realicé mis estudios universitarios como Ingeniera Técnica en Diseño Industrial en la Universidad de Extremadura, aunque parte del tiempo lo pasé en Italia donde realicé el Erasmus en el Politécnico di Milano.
Posteriormente, me fui a Valencia donde continué mi formación con el Máster en Ingeniería del Diseño. Se podría decir que ahí comenzó mi vínculo con el diseño de producto enfocado al ámbito de la automoción, ya que como tesis de máster realicé una pieza para un vehículo que competía para la Politécnica de Valencia.
Después de un tiempo trabajando en diferentes ámbitos (Maquinaria industrial, formación, diseño mobiliario…) se me presentó la oportunidad de trabajar para una empresa de automoción en Cataluña por lo que me marché a Barcelona para comenzar mi carrera profesional en el ámbito del automóvil. Comencé trabajando como proyectista, pero poco a poco me fueron asignando más responsabilidades y el paso a la gestión. También fueron llegando otras oportunidades y cambios de empresas que me permitió participar en proyectos internacionales.
Pasé unos años en Bélgica trabajando para la filial Europea de otra conocida compañía de automoción Japonesa hasta que hace dos años volví a trabajar para una empresa con sede en Cataluña.
Actualmente, tengo la oportunidad de poder vivir de nuevo en Mérida junto a mi familia después de tantos años gracias al trabajo en remoto. Aunque, todo hay que decirlo, los viajes por trabajo se complican bastante debido a las pocas opciones que tenemos en cuanto al transporte en Extremadura para poder movernos.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Siempre me gustó el arte, pintaba al óleo, dibujaba carboncillo, hacía fotografías, tocaba algo de música, me gustaba trabajar con las manos, manualidades, bricolaje… Al mismo tiempo, se me daban mejor las asignaturas de ciencias que las de letras. Prefería tener que razonar y sacar problemas que memorizar y además tenía facilidad con el dibujo técnico. Tenía mucha visión espacial. Con todo esto, tenía muy claro que quería construir cosas y comencé a estudiar Arquitectura en Sevilla. Pero no terminé de sentirme cómoda y después del primer año volví a casa.
Me habían hablado de una nueva carrera que justo se acababa de implementar en Mérida «Ingeniería técnica en Diseño industrial», investigué sobre ello y me pareció muy interesante porque te permitía poder desarrollar tu profesión en muchos ámbitos diferentes, ya que podías elegir el tipo de producto. Finalmente me matriculé y ahí comenzó todo.
Cuando estaba en la universidad nunca pensé en trabajar para la automoción, creo que me veía trabajando en el desarrollo de productos más cotidianos, en el sector del mobiliario o arquitecturas efímeras. Pero mientras realizaba el máster, me formé en unas herramientas 3D utilizadas en el sector de la aeronáutica y automoción. La Politécnica de Valencia, tenía un equipo de competición en una carrera de coches desarrollados por los estudiantes y nos propusieron colaborar con ellos ya que estábamos formándonos en esta herramienta. Decidí enfocar mi tesis en realizar un proyecto para ellos. Tuve muy buena calificación y recuerdo que el director me felicitó, ya que estaba muy vinculado al equipo de competición. Creo que ahí es cuando pensé en la automoción como una opción para poder desarrollar mi carrera.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Mi primer gran logro fue terminar la universidad. No era mala estudiante, pero en aquella época tuvimos una situación complicada en la familia que me afectó emocionalmente y me llevó bastante tiempo volver a estar bien para retomarlo. Incluso pensé en dejarlo, pero gracias al apoyo de mi familia, que me animaron a continuar, conseguí superarlo.
Lo demás ha ido sucediendo poco a poco con mucho trabajo, pequeños pasos y pequeños logros, uno a uno. Para mí un logro es cada vez que cumplimos con los tiempos de entrega, cada vez que el cliente te felicita por tu trabajo, etc. Ahora mismo estoy involucrada en el proyecto más grande que ha tenido el cliente para el que trabajo, que confíen en ti para ello ya es un logro.
En cuanto a las dificultades, pues ha habido muchas, la verdad. Para empezar, terminé mis estudios en plena crisis del 2008 en la que las empresas estaban cerrando. La incorporación al mercado laboral costó bastante. Otro tema que ha sido duro es el desarraigo cuando estás fuera de casa alejada de los tuyos durante tanto tiempo. He tenido compañer@s que me decían que era muy valiente por irme al otro extremo del país sola, más aún cuando estaba en otro país distinto. Me gusta viajar y creo que el vivir en tantos lugares diferentes me ha hecho tener una visión mucho más real de la vida. No todo es como te enseñaron en tu entrono cercano, hay muchas realidades diferentes. Eso me gusta, pero es cierto que la sensación de desarraigo, de añoranza, siempre está latente.
Otras dificultades intento convertirlas en oportunidades. Cuando me fui a Bélgica me preocupaba bastante tener que trabajar en otro idioma porque a pesar de haber estudiado inglés durante años, no me sentía segura de poder comunicarme de manera correcta. Esto lo vi como un reto, una oportunidad de mejorar, de aprender.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
Y quién soy yo para dar consejos… El único consejo que daría es que cada persona sea fiel a sí misma. Que persigan sus propias metas a su manera, que no se dejen llevar por otros. Que sean valientes para decir No! a los caminos marcados si sienten que no es el suyo.