Antonia, a nosotras nos inspiras, ¿quieres presentarte?:
Me llamo Antonia Calvo Cano, soy médica internista dedicada a las enfermedades infecciosas, inicialmente centrada en la asistencia y actualmente en la docencia e investigación. Soy «producto de la tierra». Nací en Villanueva de la Serena, mi familia procede de Campanario y La Coronada, me formé en centros de enseñanza pública de Villanueva y posteriormente en la Universidad de Extremadura.
¿A qué querías dedicarte?, ¿Por qué elegiste tu profesión?, ¿Te imaginabas desarrollando el trabajo que realizas hoy?:
Desde pequeña me ha resultado un placer estudiar y como mejor he aprendido es explicando a otra persona. En el instituto tuve clara mi vocación docente pero no conseguí identificar qué disciplina me haría disfrutar más: los idiomas, la biología…Finalmente, elegí Medicina porque me parecía una carrera preciosa, humana, y que me abría la posibilidad de la docencia universitaria y la investigación. Durante las prácticas clínicas descubrí que la asistencia clínica era todo un reto y un privilegio que quería experimentar. Así que al acabar la carrera decidí seguir el itinerario habitual e hice el MIR en Badajoz.
Mi especialidad favorita era Infecciosas pero en España no existe. Por eso elegí Medicina Interna y fui perfilando mi formación en Infecciosas, concretamente en salud global e infecciones importadas, con estancias formativas en Ruanda y en el Clinic de Barcelona. Al terminar el MIR, trabajé un año y medio en el servicio de Salud Internacional del Clinic, donde aprendí una manera de hacer medicina que integraba docencia, investigación y asistencia de manera natural, contando con muchos recursos humanos y medios para ello.
Por motivos personales, decidí volver a Extremadura y tuve la suerte de continuar mi andadura laboral en Infecciosas del Hospital Universitario de Badajoz, colaborando con la docencia universitaria en Medicina, primero como profesora colaboradora, posteriormente como asociada. Presenté mi tesis doctoral, empecé a dirigir TFG y, más recientemente, a colaborar con el grupo de investigación MicroMed del INUBE. Con el grupo estoy descubriendo una manera diferente y apasionante de acercarme a infecciones realmente difíciles de tratar, como las asociadas a biomateriales.
Actualmente, he pedido una excedencia en mi plaza como facultativa especialista en el SES y estoy dedicada a tiempo completo a mi vocación docente e investigadora en la Universidad de Extremadura, como profesora ayudante doctora.
Háblanos de tus logros y de las dificultades que has encontrado en tu carrera profesional:
Siento que he ido consiguiendo hacer todo lo que me ha entusiasmado, «dándolo todo» por mi parte de manera natural. Ese es mi logro pero a la vez mi problema, porque he encontrado mucha dificultad en practicar el ideal médico de combinar asistencia, docencia e investigación, sobre todo desde que tengo hijos y quiero disfrutar también de mi tiempo con ellos. Ni el sistema ni la cultura del ambiente de trabajo sanitario facilita la integración de las tres facetas médicas. En mi caso he apostado por abandonar temporalmente la asistencia, guiada por mi personalidad entusiasta y apoyada por mi familia, sin anteponer factores económicos o de estabilidad laboral, que hacen esta opción poco atractiva para la mayoría de egresados.
¿Qué consejos y sugerencias podrías hacernos?:
Para que nuestra universidad cuente con más personal médico docente e investigador se me ocurren un par de sugerencias. Por un lado, facilitar la integración de la vertiente asistencial, regulando institucionalmente el tiempo que el personal asociado o vinculado ha de dedicar a la Universidad y al SES. Por otro lado, haciendo más atractiva la dedicación docente e investigadora a tiempo completo de los egresados, dotándola de más protagonismo en el grado (donde todo es eclipsado por el MIR como única vía de salida) así como de una remuneración económica más digna y competitiva con la opción asistencial.
